Terapia familiar

Todas las familias atravesamos dificultades a lo largo de la vida. Dependiendo del momento del ciclo vital en el que nos encontremos, estas podrán ser unas u otras. Según el nivel de adaptabilidad de la familia, estas dificultades podrán superarse sin intervención externa o, por el contrario, precisar de una terapia que permita restablecer el equilibrio y mejorar la convivencia. En definitiva, la terapia familiar ayuda a que los miembros que conforman su propia estructura familiar, realicen cambios que les permitan funcionar mejor y continuar su crecimiento de forma más adaptativa.

Es importante observar la narrativa familiar. ¿Qué se está diciendo dentro del sistema familiar? Es importante ver el discurso que presentan las familias, porque las palabras construyen historias de vida. Si esas palabras son descalificaciones o van cargadas de connotaciones poco alentadoras es importante destacarlo, que te ayuden a visualizar el contenido para poder cambiarlo.

«El pasado influye en la organización y funcionamiento actual de tu familia pero vamos a centrarnos en intervenciones que cambien el presente»

A cada uno se nos asigna un rol dentro de la familia. La propia naturaleza del funcionamiento familiar hace que se establezcan estos roles; es así en todas las familias. Pero lo destacable es que parece que tengamos que jugar en esa posición toda la vida, no se dan espacios para explorar otros yoes. ¿Realmente sabemos cómo se siente cada uno de los miembros que componen nuestra familia? ¿Sabemos si están cómodos en el lugar que ocupan; en el lugar que les hemos asignado.

“Si cambiamos nuestra posición, cambian nuestras experiencias”

La terapia familiar puede orientar la intervención en todas las etapas del ciclo vital de la familia, persiguiendo diferentes objetivos según la etapa en la que nos encontremos:

  • Fundación de la pareja: Resolver conflictos surgidos de la convivencia, conflictos en las relaciones con las familias políticas, delimitación adecuada de espacios individuales y compartidos…
  • La novedad de ser padres: Aceptación de la nueva situación, reparto de responsabilidades en el desempeño del rol parental, negociación de las necesidades de crianza, delimitar el papel de los abuelos…
  • La novedad de ser padres cuando somos padres adoptivos, LGTBI: Los procesos de adopción no son fáciles, se requiere muchas veces de poder adecuar/equilibrar las expectativas previas y la realidad con la que nos encontramos cuando nuestro/a hijo/a llega a casa.
  • Familia ante la migración: Encajar inquietudes, intereses, aficiones, hábitos, costumbres para salvaguardar la identidad personal y favorecer el proceso de adaptación al país de acogida, prevenir conflictos internos y preservar el sentido de pertenencia al país de origen, prevenir el duelo por migración...
  • Familia con hijos en edad escolar: Resolver dificultades de inclusión en el sistema escolar, la posible saturación en el desempeño de las funciones parentales, lograr mayor armonía en la relación de los niños con sus iguales. Podemos encontrarnos con situaciones de bullying, niños con conductas disruptivas en el aula, bajo rendimiento académico…
  • Fratría (grupo de hermanos/as): Resolución de conflictos de relación, fomentar la convivencia cotidiana, fortalecimiento del vínculo. Estimular la confianza y solidaridad entre ellos/as.
  • Familia con hijos/as en edad adolescente: Lograr puntos de encuentro entre los intereses contrapuestos de progenitores e hijos/as, analizar conjuntamente los cuestionamientos de las dinámicas familiares (polémicas derivadas del funcionamiento doméstico cotidiano), clarificación de límites, facilitación del proceso de individuación del adolescente…
  • Familias reconstituidas: Aterrizar mitos de la "familia perfecta", facilitar acomodación de los niños/as a la nueva situación,  prevenir el duelo de "familia intacta"...
  • Familia con hijos/as en edad adulta: Resolver discordancias entre las posibilidades de autonomía y niveles de dependencia de los/as hijos/as respecto a los progenitores. Buscar mayor acomodación de la delegación de responsabilidades (hijos/as adultos/as que no acaban de asumir sus responsabilidades o padres/madres que no facilitan la autonomía de estos/as). Suavizar preocupaciones excesivas relacionadas con los cuidados que siguen queriendo proveer los progenitores...
  • Familia tras la jubilación de la pareja: Necesidad de redefinir el sistema conyugal, afrontamiento de las transformaciones en la vida cotidiana (horarios,  actividades…) y de la pérdida de redes relacionales, abrir nuevas posibilidades, reorganizar el funcionamiento doméstico, fomentar la autonomía de los integrantes de la pareja…
  • Familia y ancianidad: Suavizar la progresiva pérdida de autonomía individual, armonizar las relaciones entre padres/madres e hijos/as que pasan a ser cuidadores, acompañamiento para la aceptación de pérdidas en los entornos cercanos y lo limitado de las expectativas de cambio…