Plantear una terapia de pareja en fases tempranas del malestar, evita que se cronifiquen los conflictos y ahorra tiempo de intensa angustia.
Se puede programar una terapia de pareja incluso en fases iniciales de una relación, para encontrar maneras más saludables de relacionarse, establecer compromisos o desarrollar habilidades que faciliten un mayor acercamiento.
Abordar problemas de pareja no es sencillo, porque albergan un universo del que no resulta fácil hablar: sexualidad, conyugalidad, intimidad, rutinas, interacciones negativas…
Por eso es importante que la terapia genere un espacio libre de juicios, donde se facilite la comunicación y ambas personas puedan expresarse tal como piensan y sienten las cosas. Ser capaces de adentrarnos en el paisaje interior de cada uno para acercar puntos de vista y eliminar la búsqueda de quién tiene la razón.
La capacidad de incorporar nuevos elementos al relato permanece toda la vida, de ahí la capacidad del ser humano de superar experiencias negativas